Las pantallas digitales no causan daños permanentes en la vista, pero el uso prolongado puede generar fatiga visual temporal. Este problema, conocido como síndrome visual informático, puede provocar sequedad ocular, visión borrosa o dolores de cabeza, pero no afecta de forma irreversible. Para reducir estos efectos, se recomienda la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos. Además, ajustar la iluminación y la distancia de la pantalla puede ayudar a mantener la comodidad visual.
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